sábado, 27 de marzo de 2010

Vives por los demás, pensando continuamente en cómo solucionar problemas ajenos, pero no te pones a pensar en los tuyos, en tí, en esa hermosa criatura fantasmal que te observa bajo la tenue luz de una vela casi muerta. Nunca.
En el fondo tienes encarcelada ferozmente la razón del porque no te prestas atención, no te prestas ni un gramo de amor: Sabes que si caes en tu realidad moriras. El día que caigas en tu propia realidad, ese día será tu final.Todos creen que lo peor de ti es que no te arrepientes absolutamente de nada de lo que te has hecho. No entienden. No cometiste ningun error. Así que no vas a darles el gusto, a ellos, a nadie. No te arrepientes de haberte destruido lentamente, para luego comenzar a danzar en el aire de un abismo sin fin. Tu si entiendes: Se requiere práctica y habilidad para vivir sin arrepentimiento. Y tú la tienes, porque en ti, en tu figura, en tu cuerpo, en tu mente, en tu alma y en tu piel, el suicidio es una de las Bellas Artes. La locura es el combustible de tu esencia. Lo dejarás intacto para siempre. No tienes remedio, pero en el infierno tambien hay cielo. Y allí algún día, por tu propia voluntad, estarás tú. Y recorreras el cementerio de tus versos perdidos, te reencontrarás con cada ilusión que apuñalaste, danzaras entre las tumbas de tus sueños, y finalmente sonreiras de verdad. Así también es el final.

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